Picada, cervecitas y anécdotas gamers.
Publicado: 22/04/12 19:03
Birrita en mano, arranco esta amigable mesa de anécdotas con una cuyo descenlace es para morirse de risa.
Hace varios años, el amigo de un amigo alquiló un videojuego como siempre lo hacía en su videoclub de Caseros. La cosa es que esta vez, en lugar de devolverlo en fecha, el flaco se lo quedó y nunca más volvió a pisar el videoclub. Aclaremos que estamos hablando de un CD pirata de PSX que en su momento no costaba más de $10. El dueño del videoclub llama una y otra vez a la casa reclamando el CD, pero el flaco no atiende y si atiende la madre, el pibe le asegura que no tiene nada.
Así pasan varios meses y este flaco, que se había mudado pero cuya falta de neuronas se verá aclarada en las siguientes líneas, no tiene mejor idea que volver al videoclub junto con mi amigo para alquilar otro juego. Sí, el tiempo pasó, el dueño no llamó más, el asunto parecía olvidado...Hasta que este flaco, cuando se paró en el mostrador con el juego que quería alquilar, le dio su nombre y apellido verdaderos al dueño del videoclub, que hasta ese momento no lo había reconocido. Y claro, apenas quiso corroborar que el pibe este era un supuesto nuevo cliente, al dueño le cayó la ficha de quién tenía enfrente. El tipo empieza a mirarlo fijamente. El flaco se pone nervioso y mi amigo, que no sabía nada de la historia, se empieza a preguntar
pasa acá? Sólo pasan unos instantes hasta que el dueño le dice al flaco "¡Vos sos el del cd de PSX! ¡Devolvémelo o llamo a la policía!" El pobre flaco mira a mi amigo y le dice "¡Corré, bol...!" Acto seguido sale disparado del local aun con el juego en mano. El dueño del local manda a su hijo a que lo corra y así se produce una persecución literal por las calles que van junto a las vías del FC San Martín. El flaco logra zafar, casi sin quererlo se queda con otro juego del videoclub y, tras una breve charla, el dueño del local deja ir a mi amigo (que no llegó a reaccionar y se quedó parado frente al mostrador
) al darse cuenta de que el no tenía nada que ver en el asunto. Después de eso el pibe no volvió a pisar la zona del videoclub en años, literalmente.
Hace varios años, el amigo de un amigo alquiló un videojuego como siempre lo hacía en su videoclub de Caseros. La cosa es que esta vez, en lugar de devolverlo en fecha, el flaco se lo quedó y nunca más volvió a pisar el videoclub. Aclaremos que estamos hablando de un CD pirata de PSX que en su momento no costaba más de $10. El dueño del videoclub llama una y otra vez a la casa reclamando el CD, pero el flaco no atiende y si atiende la madre, el pibe le asegura que no tiene nada.
Así pasan varios meses y este flaco, que se había mudado pero cuya falta de neuronas se verá aclarada en las siguientes líneas, no tiene mejor idea que volver al videoclub junto con mi amigo para alquilar otro juego. Sí, el tiempo pasó, el dueño no llamó más, el asunto parecía olvidado...Hasta que este flaco, cuando se paró en el mostrador con el juego que quería alquilar, le dio su nombre y apellido verdaderos al dueño del videoclub, que hasta ese momento no lo había reconocido. Y claro, apenas quiso corroborar que el pibe este era un supuesto nuevo cliente, al dueño le cayó la ficha de quién tenía enfrente. El tipo empieza a mirarlo fijamente. El flaco se pone nervioso y mi amigo, que no sabía nada de la historia, se empieza a preguntar

