
Hoy os traigo una curiosidad muy famosa, pero seguro que os hará gracia oírla. Una vez Mozart escribió una obra llamada "Una broma musical" (aunque una traducción más correcta sería "Una diversión musical"). Ahí Mozart parodiaba a los compositores mediocres, escribiendo de una manera torpe y con elementos musicales poco habituales y chocantes para los estándares musicales de la época. Pero lo que, hecho por otra persona, se hubiera convertido en un despropósito, Mozart lo convirtió en una innovadora obra maestra...
Lo más llamativo de la obra, está en su 4º y final parte, justo al final del todo, en los 4 últimos segundos, cuando toca 3 acordes horribles (segundos 3:42-3:44 del video) que seguro hizo que los monarcas arquearan la ceja y se les cayera el monóculo a la taza del té, pero parece que tenían buen humor, ¡A Mozart no le cortaron la cabeza por la broma!