
Ambas entregas marcaron un antes y un después en el mundo de los juegos de fútbol, ya que con la llegada de la consola de Sony y la de Nintendo los amantes de este deporte por fin pudimos disfrutar de juegos que se alejaban de lo arcade y se acercaban a la simulación. Tanto WE como ISS establecieron las normas en jugabilidad, tácticas y estrategias que hoy en día son moneda corriente en juegos como FIFA.
Todavía recuerdo mis primeras veces jugando al ISS en la N64 o al WE en la PSX. Era algo totalmente novedoso para mí. Notaba que eran juegos de fútbol mucho más realistas que todos los que había jugado hasta entonces y que en ambos casos había mucho por aprender para dominar los juegos de la manera correcta. Pero, en esa curva de aprendizaje, cada momento era único. Desde lograr arañar un empate, hasta aprender a patear un tiro libre o a dar un pase al hueco, todo lo que estos juegos ofrecieron se disfrutaba en gran manera. Y cuando uno ya le agarraba la mano, no había vuelta atrás: ya sea solo o con amigos, un ISS o un WE eran lo mejor que le podía pasar a un fanático del fútbol.
Pasé incotables horas jugando al Winning Eleven, solo o con amigos, y nunca me cansé. Y si hoy puedo jugar un PES o un FIFA, sé que en gran parte se lo debo a Konami Sports. No sé si otros usuarios de RG piensan parecido a mí, pero bueno, por lo menos le di a estas sagas el mismo lugar que en su momento se le dio al FIFA.