Hace poco me llegó un SNES con una mitad gris (del color normal, digamos) y la inferior completamente amarillenta, como suele pasarle con los años a algunos Super Nintendo.
En lo particular, me gusta que las consolas muestren señales de uso, que tengan "pátina", que se pongan amarillas, amarronadas, más oscuras, con el tiempo, la luz, el humo, etcétera. Soy partidario de limpiar una consola hasta dejarla reluciente, pero siempre dejarle su pátina original.
Es por eso que, aprovechando un sobrante de vinilos autoadhesivos que compré para otro proyecto, me dispuse a colocárselos a la mitad gris de la consola, resaltando el amarillento con el diseño simil madera. Como verán, no me pasé en prolijidad ni busqué que coincidieran las vetas, es una consola de batalla como todas las que tengo. Pero creo que, modestia aparte, quedó bastante aceptable.
Usar vinilos autoadhesivos no será tan profesional como lijar y dar varias manos de pintura, pero sin dudas es más económico y práctico. Los elementos necesarios fueron: una birome para marcar el vinilo, un cutter o trincheta, una regla.




Estas últimas son para que se note el nivel de amarillento del plástico.


